Caminaba con mi padre, cuando se detuvo en una curva y, después de un pequeño silencio, me preguntó:
- ¿Oyes algo más, que el cantar de los pájaros?
Agudicé mis oídos y algunos segundos después, le respondí:
- Sí, es el ruido de una carreta.
- Éso es, - me dijo. - Es una carreta vacía.
Pregunté a mi padre:
- ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la hemos visto?
Entonces, otra vez mas, me mostró su sabiduría:
- Es muy fácil darse cuenta: "Cuánto mas vacía está la carreta, mayor es el ruido que hace"
"Me convertí en adulto y hasta hoy, cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y tratando con superioridad a los demás... O a aquellos, que no pueden estar, sin el estímulo de parlantes o de un televisor, que impiden todo tipo de diálogo, tengo la impresión de oir la voz de mi padre diciendo:
- "Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace" Y a la vez : "cuánto se regocija el corazón, cuando vemos pasar una carreta repleta de carga preciosa... Silenciosa... Plena.
- ¿Oyes algo más, que el cantar de los pájaros?
Agudicé mis oídos y algunos segundos después, le respondí:
- Sí, es el ruido de una carreta.
- Éso es, - me dijo. - Es una carreta vacía.
Pregunté a mi padre:
- ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la hemos visto?
Entonces, otra vez mas, me mostró su sabiduría:
- Es muy fácil darse cuenta: "Cuánto mas vacía está la carreta, mayor es el ruido que hace"
"Me convertí en adulto y hasta hoy, cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y tratando con superioridad a los demás... O a aquellos, que no pueden estar, sin el estímulo de parlantes o de un televisor, que impiden todo tipo de diálogo, tengo la impresión de oir la voz de mi padre diciendo:
- "Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace" Y a la vez : "cuánto se regocija el corazón, cuando vemos pasar una carreta repleta de carga preciosa... Silenciosa... Plena.
7 comentarios:
Bonito cuento, me ha gustado mucho y la reflexión que encierra mucho más. tenemos que aprender a escuchar aquello que no se dice.
Precioso!
Muchos besos
Pues pasaba por aquí y he visto tu blog. ¡Qué bonito! Yo estoy de estreno, te invito a que pases... Respecto a esta entrada, que decirte que oculta mucha verdad, es así, cuanto más ruido más vacío.
Besitos,
Cordialmente te dedico
estas palabras, iniciando así
el lunes con buen positivismo
para; tí, con mi afecto...
Estelas virtuales
Comienza la semana
se crecen las ideas
todo se hace posible
Porque así lo sentimos
la euforia nos cubre
dejándose besar por ella
Nos invita a ir depositando
semillas de estima y aprecio
en los espacios amigos
Que desde hace tiempo
nos unen sus letras
que brillan en la alborada
Con poemas imaginarios
o conjuntos de realidades
que nos van descubriendo
la belleza de ese ser humano
Que a través de los sentimientos
nos va dejando estelas...
...cada vez más hondas
para ser recordadas...
y nunca olvidadas
formando parte de mi estar
al leerlas cada mañana...
María del Carmen
Qué bonita esta entrada Campanilla.
Además, deja un enseñanza y debo confesar que a veces he sido una carreta vacía :(, ya que he hablado demasiado. Pero por suerte ahora estoy más prudente.
Un saludo y que estés muy bien.
El Tercer Chimpancé.
Qué bonito... cuánta razón tiene! Un besote!!!
muy bonito! he pasado por aqui varias veces y cada vez me gusta mas!
pasate por mi blog cuando quieras!
www.tres-estrellas.blogspot.com
★★★
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