sábado, 14 de marzo de 2009

El amor no es ciego


"Entonces él, con mucha parsimonia me retiró las gafas y dijo en plan ligón: estás más guapa cuando te quitas las gafas, a lo que yo respondí imitando su tono: Cuando me quito las gafas, tú tampoco estás mal del todo. No me volvió a llamar."

El amor no es ciego //Alejandra Vallejo-Nágera

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El texto que os pongo a continuación sé que es muy largo, pero la verdad merece la pena leerlo y reflexionar a cerca de ello. No puede pasarse por alto ya que el amor, el motor del mundo está en extinción...
"Dickens fue una gran observador de la naturaleza humana. Y me atrevo a decir que un gran amante del hombre, por ello desvela con tanta precisión sentimientos, pensamientos ocultos, con los que de alguna manera uno acaba encontrándose.

Sólo se ama lo que se conoce. Y para conocer necesito dar un primer paso: “ver al otro”, “observar al otro”. Este es el principio del amor y de la perseverancia en el mismo.

Dicen que el amor se muere, se apaga después de la euforia de los primeros meses y viendo solamente las cifras, parecía ser real. En España, en solo 20 años de ley de divorcio se ha aplicado 500.000 sentencias para la disolución definitiva del matrimonio y autorizado 700.000 casos de separación, que es el paso previo al divorcio. La posibilidad de comenzar con otro abre la puerta a la esperanza perdida.

¿Pero por qué las estadísticas hablan de 1.200.000 fracasos matrimoniales en los últimos 20 años?

Hay muchos estudios sociológicos, económicos, psicológicos al respecto de este fenómeno y que aportan mucha luz. No lo negamos, pero a lo mejor también influye la ceguera para ver al otro, que es como una enfermedad contagiosa que parece devorar a la sociedad de consumo. Posiblemente cuando una pareja inicia juntos la aventura de la convivencia eran capaces de ver al otro, de verse, incluso más que a sí mismos, pero con el paso del tiempo la mirada se fue desviando hacia otras seres más novedosos o aparentemente más satisfactorios: un trabajo atrayente, el reto de dejar una huella, la lucha por alcanzar un nivel socioeconómico respetable, la educación, sostenimiento o el sobrevivir a unos hijos... Las distracciones crecieron y fueron absorbiendo la atención de cada cónyuge y dejaron de verse, por ello dejaron de conocerse.

Cuando él o ella llegan a casa, ya no saben mirarse, no descubren que detrás de ese silencio sucede algo, que tras ese “Bien” con el que se contesta con algo de desdén cuando se pregunta ¿cómo te fue?, esconde problemas, miedo o inseguridad para hablar de ellos... Están juntos pero no se ven. Al nacer la ceguera, se desconocieron, se encontraron como des-conocidos, y el paso del tiempo hizo que no supieran cómo volver a empezar a “conocerse”. La solución rápida entonces es la huida del desconocido para buscar al otro, a quien puedo aprender a ver, para comprender, para luego amar. ¿Y así continuar la historia hasta que de nuevo el amor se muera por ceguera?

Para que el amor perviva es necesario ver al otro todos los días y volver a aplicar los sabios consejos que un día un zorro le dio a un “Principito” y que vale la pena recordarlos aquí:

El amor es la creación de vínculos, hay que re-crearlos cada día, porque los vínculos hacen del otro alguien único para mí. ¿Cómo? Los vínculos son ataduras, yo te quiero necesitar y tú me quieres necesitar. Quiero que tú me ayudes a vivir.

Los vínculos se crean con paciencia, como decía el zorro, es decir, todos los días, en lo monótono y cotidiano del existir. El tiempo es la argamasa del amor sólido. Necesito crear este vínculo todos los días, y muchas veces.

Fijar mi atención en el otro, buscando acercarme poco a poco a él, descubriéndole como es, no como yo quisiera que fuera"

Autor: Nieves García

10 comentarios:

Beatrizl10 dijo...

Hay que saber valorar el amor cuando se encuentra, y alimentarlo cada día. Me ha gustado tu entrada, Campanilla. Un abrazo muy fuerte.

El Tercer Chimpancé dijo...

El amor no es ciego, sin embargo a veces es muy porfiado.
{;^)

Lupe Montero dijo...

Me ha encantado la primera frase. Me recuerda a una amiga que decía que no iba a bajar el listón pero sí a ampliarlo en horizontal...
Besitos

Nieves dijo...

Yo creo que el amor es como una pequeña planta hay que cuidarla, abonarla y regarla cada día y mimarla mucho y eso incluye el amor a nosotros mismos que es esencial para amar a los demás, saludos.
masquemaquillaje2009.blogspot.com

el reino encantado de Casiopea dijo...

Hola Campanilla! Desde luego que cada día hay que alimentar el amor en una pareja. Yo lo intento y la verdad es que tengo un matrimonio muy feliz. Maravillosa la reflexión que propones!

el reino encantado de Casiopea dijo...

Por cierto... te he copiado el reloj de Alicia :S es que... me ha encantado!

Erika Rodriguez dijo...

Campanilla,
Que alegría encontrar tu blog...
Soy brasileña, pero tengo familia en Galicia (Pontevedra).

Ahora tienes una amiga de Brasil.
besitos

pizarrapilar dijo...

Cuanta razon. Besos Campanilla,¿ya fuistes a la playa?

Anónimo dijo...

Una reflexión muy buena.
Yo llevo casada 19 años y mi matrimonio va muy bien. Siempre hay cosillas, como en todos los matrimonios, pero donde hay amor todo se supera.

El amor hay que alimentarlo día a día y decirle todos los día TE QUIERO.
El AMOR es entrega, paciencia, comprensión y unas veces cedes tú y otras veces cedo yó. Pero siempre con un TE AMO.

Besitos
NANA

María D. Valderrama dijo...

es muy bonito lo que dice el texto, tiene mucha razon